Extractado del
MUNIBE
San Sebastián
Sociedad de Ciencias ARANZADI
Año XXIX - Número 3-4 1977 - Páginas 195-212, sobre las
Excavaciones en Jentilbaratza y Kobalde (Ataun)
(Campaña de 1971)
Por JOSE MIGUEL DE BARANDIARAN, poco más puedo añadir, salvo que es de difícil localización y que Barandiaran empleo varias campañas en su excavación:
" La cueva de Pikandita se halla, como se
ha dicho, en la peña de Jentilbaratza, justamente
en la varga rocosa de la zona superior
de la montaña.
A partir del portillo de Arrateta, a donde
se puede ir en automóvil, existe un camino
carretil hasta el caserío de Aiztondoa. De aqui
sube una senda que traspone la montaña muy
cerca de la cúspide de Jentilbaratza, que es
uno de los «dientes» de la sierra de Aizkoate.
Después de andar un centenar de metros
en la citada senda, ya dentro de la varga rocosa,
hay que apartarse otros cien metros a
la izquierda para llegar a la boca de la cueva
de Pikandita. Esta, que se abre en el flanco
occidental de la montaña, da frente al W.NW.
y al casco urbano del barrio Elbarrena o de
San Martin de Atáun que se ve abajo, en la
vega.
La entrada de la cueva es en forma de
arco de medio punto, de un metro de altura
y dos de anchura en su base, principio de
una galería de igual anchura al nivel del suelo
actual el cual se prolonga ocho metros en
dirección a oriente para terminar con un entrante
o apartadero hacia la derecha.
Habiendo realizado un ligero reconocimiento
en su interior el día 21 de agosto de 1956,
hallé un grueso tiesto y una muela humana en
la capa superficial del suelo. En otras dos ocasiones
—24 de junio de 1968 y en octubre de 1969— visité esta cueva y pude comprobar
que su relleno contenía vestigios prehistóricos.
Por eso volví allí este año de 1971 a fin
de efectuar una excavación.
Excavación
Iniciamos nuestra labor abriendo una trinchera
en la banda 1 , trinchera que
alcanzó tan sólo un metro de profundidad al
llegar a la roca del subsuelo. En ella pudimos
apreciar tres capas superpuestas que se distinguen
desde luego por sus materiales, que
seguidamente detallamos .
I (de 0 a —20 cms.). — Tierra floja con
algunos cantos informes y esquinudos, como
procedentes del techo y de los muros de la
cueva. No contiene restos humanos ni arqueológicos,
salvo en algún rincón removido por
alimañas, donde aparecieron algunos vestigios,
como dijimos arriba.
II (de —20 a —50 cms.). — Tierra arcillosa
compacta con zonas oscuras. Contiene
restos humanos dispersos por todo el campo
—dientes y falanges, pequeños trozos de
cráneo y de otros huesos y dos maxilares inferiores—
y fragmentos cerámicos, de los que unas tienen masa negra , otros la tienen
negra por dentro y rojiza por fuera, uno es base de tiesto y varios
presentan superficie exterior muy arrugada. Los veintitantos fragmentos recogidos,
de muy pequeño tamaño en general, apenas
permiten averiguar la forma ni las dimensiones
de las vasijas utilizadas en esta cueva.
He aquí, ahora, el pequeño inventario de
los otros objetos hallados hasta hoy en Pikandieta:
1 laminita de pedernal, 1 punta y 1 lasca,
1 laminita con bordes retocados,
1 laminita de dorso (punta rota) .
1 laminita de dorso con los extremos tallados:
uno en forma de perforador: el
otro, en la de buril en retoque y tajo lateral,
1 laminita con escotadura ,
1 cristal de roca.
III (de —50 a —100 cm.). — Tierra compacta
y muy pedregosa, sin vestigios arqueológicos.
Debajo está la roca de la base."
|
Desde dentro. |
|
Inerior. |
No hay comentarios:
Publicar un comentario