30.4.15

Cueva Murumendi y Sumidero Murumendi.

Pequeña surgencia ( del sumidero Murumendi?)
Murumendi, Burumendi o Muru, montaña que domina Beasain visible en gran parte del Goierri Gipuzkoano y lugar en el que habita la Dama de Murumendi, la misma Mari, ser mitológico que entre otras cuevas utiliza la llamada “Dama Zulo” en el Murumendi como una de sus guaridas desde las que recorre el firmamento como una bola de fuego. Investigando por internet obtuve la suficiente información como para localizar fácilmente no una, si no dos, Murumendis. Cerca del camino, la llamada por los lugareños la morada de la dama (Dama Zulo), que  se encuentra en la loma del Murumendi y que ya el antiguo catálogo de cavidades de Gipuzkoa la identifica como “Dama-Zulo” y cataloga con el nombre de Murumendiko kobea, donde existen señales de excavación en el primer tramo. De pequeño desarrollo (10 metros) y con un pozo de agua al fondo (aportación presumible del sumidero Murumendi). Su entrada y paredes son llamativos. Bajo ella, a la izquierda discurre una regata con pequeñas cascadas de agua, y a la derecha existe una pequeña surgencia, por donde escapa parte del caudal de la regata que se introduce por el sumidero de Murumendi (al  menos los desarrollos y dirección del mismo sumidero parecen indicarlo). El mismo catálogo duda  sobre si esta pequeña cavidad es la morada de la legendaria  Dama de Murumendi, porque de ella se decía que era un antro que por los epítetos que merece no tiene paralelo,  salvo teniendo en cuenta una desbordante fantasía, con la cueva reseñada. Lo cierto es que a 150 metros se encuentra otra cavidad, un sumidero, sumidero Murumendi, de aspecto más fantasioso, donde desaparece una regatilla que transcurre por un suelo pulido y brillante, que bien pudiera ser la morada de Mari. Cueva sumidero, que el posterior catálogo de cavidades (obvió la cueva Murumendiko kobea) y denominó también Murumendi, con un desnivel de 8 metros y 120 de desarrollo.
Entrada de la cueva Murumendi "Dama Zulo".



Entrada desde dentro.

Al final de cavidad un pozo: posible conexión con el sumidero.


Sumidero Murumendi.

El piso pulido por el agua da un bello aspecto a la galería.


Final, se estrecha y presumiblemente  sale por la surgencia reseñada.

Boca del sumidero desde dentro.

El arándano en flor.

El mirtilo o arándano (Vaccinium myrtillus)  planta de la familia de las Ericáceas cuyo fruto es una pequeña baya comestible. Es un arbusto pequeño, en nuestros bosques su altura no suele superar el metro, con ramas verdes angulosas y enderezadas y las hojas son ovales, alternas, coriáceas, de un bonito color verde claro o algo amarillentas, con los márgenes finamente dentados, caducas y con peciolo corto. Las flores son insignificantes de color verde rosado con cinco pétalos y sépalos, se producen aisladas o de dos en dos axilares en racimos colgantes y miran al suelo. El fruto es una baya de color negro azulado de sabor agradable y agridulce.


28.4.15

Zinua o Ziñua.

El caserío Ziñua o Zinua, se encuentra rodeado de árboles y pastos; Con los prados que bajan hasta el propio edificio. En Olatz, barrio de Mutriku que se pierde en un vallecillo de especial belleza. Hasta hace bien poco prácticamente aislado, sin más vistas que el cielo y la tierra, pero con la autosuficiencia que te dan un calero propio, herrería, molino, horno de pan, ‘tolare’ o prensa para la elaboración de sidra y serrería. Autosuficiente, incluso para el deporte, no en vano el afamado harrijasotzaile Pedro María Txurruka (1894-1964) nacido en el vecino caserío ‘Aritza’ residió en el citado Ziñua, donde aún se conservan todas las piedras y plomos para sus competiciones. A escasos minutos hacia el noroeste se encuentran las tres cuevas de Jentiletxeta I, II y III, las dos primeras excavadas por el antropólogo Jose Miguel Barandiaran el año 1927, y la tercera, en 1997. Es estas cuevas se encontraron cerámicas, puntas de flecha, raspadores y conchas perforadas. La tercera de ellas se sitúa entre el paleolítico y el neolítico, hace unos 11.000 años. Y también muy cerca, en la ladera del pequeño monte que lo empareda, el Mendibeltzuburu, se encuentra la sima del mismo nombre: Zinua.

Zinua tiene doce metros de pendiente.  Una primera vertical de unos cuatro metros y el resto en descenso hasta sumar sus 70 metros de desarrollo. Huele a humedad, a raíces y musgo. De hecho las raíces de los árboles de superficie llegan a asomarse a ella. Casi no hay formaciones, algún lenar, alguna pequeña incipiente formación… pero sus paredes son bellas y sirven de lienzo a un improvisado imitador de hombre de las cavernas, que a modo de pequeño estudio artístico, las utilizó para imitar a los artistas rupestres de hace miles años. Algo de basura en su suelo (no será obra también del pintor…?) y una muy numerosa colonia de murciélago orejudo. Varias decenas de ellos descansan en los más profundo de Zinua.
Entrada.






Murciélagos orejudos.

Fósiles, presumiblemente de coral. Jurásicos.

Jentiletxeta I, Jentiletxeta II y Jentiletxeta III

Con la denominación de Jentiletxeta hay catalogadas 5 pequeñas cavidades a lo largo de la loma de la colina Mendibeltzuburu, si bien las de mayor interés y desarrollo son la I, II y III, muy cercanas entre sí. Mendibeltzuburu se encuentra en el barrio motrikuarra de Olatz, barrio encaramado en un pequeño y aislado valle de gran interés. Ahí también encontramos la pequeñas sima Zinua. El nombre de estas cavidades entra dentro de las creencias mitológicas populares: en ellas habitaban los Gentiles.
Jentiletxeta I y II son muy conocidas por los hallazgos prehistóricos que en ella J.M. Barandiarán encontró. Puntas, flechas e instrumentos de silex, restos de adornos realizados con conchas de molusco,...Las tres cavidades son pequeñas y ninguna de ellas tiene mayores dificultades, salvo algún pequeño tramo estrecho de la II que nos puede impedir incluso girar la cabeza. Las tres son lineales y no muy largas, meandriformes y de techos altos. La I se ubica a la derecha de la II, tiene un desarrollo pequeño y descendente de 14 metros, y tras una pequeña curva, colmata y termina, fué la primera en excavarse, haya por 1927. La II es la de mayor desarrollo, 100 metros. A poco de acceder a su vestíbulo (donde se realizó la excavación del yacimiento), iluminado por una ventana que se abre a la izquierda,  se estrecha en una gatera para continuar en meandro muy estrecho en ocasiones, con altura y de gran belleza, que va descendiendo sinuosamente hasta colmatar.  Jentiletxeta III la encontramos sobre la I, a pocos metros y a su derecha. El acceso es pequeño pero enseguida ancha y continúa hasta bifurcarse en dos galerías, maltratadas con pintadas. Su desarrollo total es de 50 metros. Ninguna de ellas tiene barro o agua.
Acceso de la I


Acceso de la III.
A la izquierda el acceso de la II, a la derecha el de la I

Meandro de la II

estrechez en la II.

Meandro de la II: techo de gran altura.

La III por dentro: bella sección.

La I desde dentro.

Vestíbulo de la II.

Jentiletxeta III:

13.4.15

La estación megalítica del Igoin.

El Igoin y el pequeño cordal que desciende desde su cima hasta Hernani, contienen una importante estación megalítica.  Su dorso se salpica de dólmenes. Desde la cima del Igoin (459 metros), también llamado Igorin o Igogain,- cima de caos de roca arenisca roja, donde los Asfodelos tienen su hogar-, por toda esta línea que alcanza las cimas de Arritxueta (373 metros) y Akola (359 metros) para descender al barrio de Ereñozu de Hernani,… esa enorme loma, está sembrada de monumentos megalíticos de gran interés.
Buzón del Igoin.

Asfodelo.








7.4.15

Jentilbaratza.

En el barrio San Martín de Ataun se encuentra el desfiladero de Arrateta que sube hasta los pastos de Aralar adentrándose en el llamado domo (falso domo) de Ataun. En esa “puerta” natural, en su lado izquierdo, se encuentra la cima de Jentilbaratza, sobre la cantera en desuso, y frente a ella la Sierra de Itaundieta, lugar de cuevas espléndidas como Antonen kobea, Usategi o Arleune. El Jentilbaratza (huerta de los Jentiles) contiene los restos de que fuera torre defensiva del reino de Navarra, espectacular atalaya excavada por José Miguel de Barandiarán desde 1916 con hallazgos prehistóricos y posteriores a la Edad Media. Puntas de lanza, restos humanos y hasta un aniño de oro fueron hallados en el lugar. Actualmente estos restos pueden contemplarse en el Museo de San Telmo de San Sebastián.
Los restos de la fortaleza se encuentran sobre la cumbre cortada a pico en todas sus vertientes salvo en la W. la cual contaba con una muralla hoy algo deteriorada, esta edificación, data de la Edad Media y cuenta además con una cisterna de la cima y dos cuevas bajo el torreón calizo orientadas respectivamente al S.S.E. y la N. conformando así un fortín inexpugnable. La cueva S.SE con sus peldaños labrados de acceso y su cámara de 15 m2 con ventana al vacío, completan una imagen bélica del paraje incuestionable.
Documentación histórica sobre el lugar aparece por primera vez en la obra del arzobispo D. Rodrigo Ximénez de Rada que en su obra De Rebus Hispaniae cita el Castillo de Athavit (Athagun en el códice complutense) como una de las fortalezas que se entregaron al Rey Alfonso VIII de Castilla el año 1200. De ser cierto esto, según Pablo Gorosabel, la fortaleza podría datar del siglo IX.
De la publicación de Iñaki Sagredo“Navarra Los Castillos que defendieron el Reino” extraemos:
“Se trataba de un castillo típicamente roquero asentado en una peña inaccesible con auténticas paredes de roca en todas sus vertientes y tres garitas dos de las cuales estaban orientadas a Guipuzcoa (W.) y una hacia Navarra (E.). Dado el tamaño reducido de la fortaleza, la guarnición era reducida, aproximadamente de unos diez soldados. Según los documentos, en 1328 se reparan los muros por haberse caído; 1334 se construyó una garita y se reparan las otras dos; 1.335 los de Lazcano toman en castillo; 1343 se reparan las garitas; 1346 se hacen ocho canales de agua, etc… “.

Para acceder a él, subiendo por la carretera nada más dejar la cantera a la izquierda sale una carretera que indica Dostollo y posterior camino, a pocos metros a la izquierda, que se adentra en un pinar y sube sin descanso, vertical, hasta un corredor en el que hay una cuerda que ayuda y tallas en la piedra (de la época del castillo es de suponer) hasta llegar a un pequeño collado, donde podemos observar una de sus cuevas, y girar a la izquierda para subir definitivamente al castillo. Preciosa subida. Para descender utilicé la vertiente contraria, que te deja en la cantera. Las vistas desde lo alto son insuperables, dominan perfectamente los pasos del valle teniendo al sur la sierra de Itaundieta , al este el circo formado por Arastortzeko gaña (813 m), Intzartzu (811 m), Aizkoate (774 m) y la propia Jentilbaratza (465 m) en la vertiente contraria del circo (S.), Agaotz (974 m) y Leitzadi (921 m) y, por último, al W. sobre la margen izquierda del rio Agauntza tenemos las cumbres de Dorrontsorogaña (773 m), Arantzazumendi (783 m), Atxartiko gaña (744 m) y Andrelorriaga (725 m).
Monte Jentibaratza (vista desde el lado contrario a la cantera).

Por el canal.

Boca de una de las cuevas.


Cisterna de la fortaleza.

Restos de muro.





La otra cavidad, que asoma a la arista de la cantera.

Interior de esta segunda cavidad.



Errekonta

El monte de Aralar Ausa Gaztelu en su cima tiene los restos de un Castillo que defendía el Reino de Navarra del siglo XIII, y además, en el collado de Errekonta, donde van a parar las aguas (entre otras) de la fuente del mismonombrer unos metros más abajo, la sima Errekonta, Errekonta errekako Leizea. Sumidero temporal que presenta un salto inicial de 12 metros verticales y se desarrolla en varias galerías y saltos que descienden hasta un río subterráneo final situado a 222 metros de profundidad que desemboca en un sifón terminal a 240 metros. Las galerías, de diferentes secciones, no tiene apenas formaciones fósiles si bien alguna de ellas asemeja a un cañón y son de gran belleza.
Acceso.

Primer rápel.


Segundo rápel.





Una de las galerías que bajan al río.

Osparrun II.

 Boca de un metro por uno setenta de ancho, aproximadamente, se encuentra a escasos metros bajo Osparrun I . La entrada con la hierba creci...