17.4.18

Pikandita o Pikandieta.

 Extractado del MUNIBE San Sebastián Sociedad de Ciencias ARANZADI Año XXIX - Número 3-4 1977 - Páginas 195-212, sobre las Excavaciones en Jentilbaratza y Kobalde (Ataun) (Campaña de 1971) Por JOSE MIGUEL DE BARANDIARAN, poco más puedo añadir, salvo que es de difícil localización y que Barandiaran empleo varias campañas en su excavación:
" La cueva de Pikandita se halla, como se ha dicho, en la peña de Jentilbaratza, justamente en la varga rocosa de la zona superior de la montaña. A partir del portillo de Arrateta, a donde se puede ir en automóvil, existe un camino carretil hasta el caserío de Aiztondoa. De aqui sube una senda que traspone la montaña muy cerca de la cúspide de Jentilbaratza, que es uno de los «dientes» de la sierra de Aizkoate. Después de andar un centenar de metros en la citada senda, ya dentro de la varga rocosa, hay que apartarse otros cien metros a la izquierda para llegar a la boca de la cueva de Pikandita. Esta, que se abre en el flanco occidental de la montaña, da frente al W.NW. y al casco urbano del barrio Elbarrena o de San Martin de Atáun que se ve abajo, en la vega. La entrada de la cueva es en forma de arco de medio punto, de un metro de altura y dos de anchura en su base, principio de una galería de igual anchura al nivel del suelo actual el cual se prolonga ocho metros en dirección a oriente para terminar con un entrante o apartadero hacia la derecha. Habiendo realizado un ligero reconocimiento en su interior el día 21 de agosto de 1956, hallé un grueso tiesto y una muela humana en la capa superficial del suelo. En otras dos ocasiones —24 de junio de 1968 y en octubre de 1969— visité esta cueva y pude comprobar que su relleno contenía vestigios prehistóricos. Por eso volví allí este año de 1971 a fin de efectuar una excavación. Excavación Iniciamos nuestra labor abriendo una trinchera en la banda 1 , trinchera que alcanzó tan sólo un metro de profundidad al llegar a la roca del subsuelo. En ella pudimos apreciar tres capas superpuestas que se distinguen desde luego por sus materiales, que seguidamente detallamos . I (de 0 a —20 cms.). — Tierra floja con algunos cantos informes y esquinudos, como procedentes del techo y de los muros de la cueva. No contiene restos humanos ni arqueológicos, salvo en algún rincón removido por alimañas, donde aparecieron algunos vestigios, como dijimos arriba. II (de —20 a —50 cms.). — Tierra arcillosa compacta con zonas oscuras. Contiene restos humanos dispersos por todo el campo —dientes y falanges, pequeños trozos de cráneo y de otros huesos y dos maxilares inferiores— y fragmentos cerámicos, de los que unas tienen masa negra , otros la tienen negra por dentro y rojiza por fuera, uno es base de tiesto y varios presentan superficie exterior muy arrugada. Los veintitantos fragmentos recogidos, de muy pequeño tamaño en general, apenas permiten averiguar la forma ni las dimensiones de las vasijas utilizadas en esta cueva. He aquí, ahora, el pequeño inventario de los otros objetos hallados hasta hoy en Pikandieta: 1 laminita de pedernal, 1 punta y 1 lasca, 1 laminita con bordes retocados, 1 laminita de dorso (punta rota) . 1 laminita de dorso con los extremos tallados: uno en forma de perforador: el otro, en la de buril en retoque y tajo lateral, 1 laminita con escotadura , 1 cristal de roca. III (de —50 a —100 cm.). — Tierra compacta y muy pedregosa, sin vestigios arqueológicos. Debajo está la roca de la base."

Desde dentro.

Inerior.

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La cueva del Moro.

 https://youtu.be/h_gSrPjF5ds?feature=shared