En la
Sierra de Aralar,
macizo cárstico compartido por
Navarra y
Gipuzkoa que alterna
grandes extensiones de hayedo, valles ciegos, lapiaces, prados
siempre verdes, cuevas, simas, y ríos que nacen y desaparecen dos
veces, como el
Larraun, nos encontramos con este accidente geográfico
tan interesante, sima, cueva, sumidero a ratos...
Lezegalde, o
también llamada por algunos
cueva de Iribas, cueva de dificultad
media que tradicionalmente ha sido la elegida por la escuela de espeleo
en Navarra para sus prácticas.
Accediendo por el
valle de Larraun, a través de la
puerta natural que desde el norte tiene la Sierra, donde se esparcen
las poblaciones de
Lekunberri, Astiz o
Iribas. Llegando a esta
última, a escasos 600 metros se encuentra la torca de unos 25 metros
de diámetro y 13 de profundidad, perfectamente cercada y señalizada
por un murete de piedra, con forma de embudo, donde en su fondo se
abre la
cueva de Lezegalde. Sumidero de emergencia para cuándo el de
Ertzilla satura por fuertes lluvias. Y es que el río Larraun nace
dos veces, surge del nacedero de Aitzarrateta desapareciendo por el
sumidero de Ertzilla, denominándose
río Ertzilla durante ese tramo,
y reaparece aproximadamente dos kilómetros más abajo en el
nacedero
Basakaitz como
río Larraun. Cuándo el torrente del
Ertzilla es tan
grande que el sumidero no lo traga, el sobrante, busca salida por el
valle seco, y la torrentera rápida encuentra Lezegalde para sumirse
en ella, como se vé perfectamente en el vídeo creado por el
grupo Satorrak
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Dolina de Acceso. |
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Tonos variados en las coladas. |
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Explicación gráfica del río Larraun. |
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Topografía. |
. La sima de acceso a Lezegalde tiene unos 13 metros de caída
y conviene, para evitar sustos, instalar una cuerda que nos asegure,
si bien es posible bajar por tus propios medios. Su fondo se
encuentra lleno de grandes cantos rodados, producidos por las grandes
avenidas de agua. La boca de la entrada de acceso es grande, llena
también de cantos rodados, y nos lleva a una gran sala donde es
posible ver troncos y ramas encajados a gran altura (llevados allí
también el agua). En sus 255 metros de desarrollo (35 de desnivel)
son habituales las ramas y troncos, además de formaciones varias
(estalactitas, estalagmitas, gours, coladas, medusas...) pero no en
gran abundancia. Lo que más llama la atención y hace de esta cueva
algo digno de visitar es su colorido, desde el marfil, vainilla,
caramelo,... hasta el negro brea, la paleta de colores que cubre las
paredes y formaciones es espectacular. De la sala inicial, por la
izquierda, se desciende una colada de unos 4 metros (conviene
instalar una cuerda) para continuar por una galería cómoda, que
tras otro pequeño descenso en colada (también instalamos cuerda) se
llega al des trepe de unos dos metros más una fuerte rampa que nos
sitúa en una sala de grandes dimensiones, con unos 35 metros de
altura y bloques en su suelo, donde se sitúa el lago de unas medidas
aproximadas de 16 metros por 25 y 6-16... de profundidad muy variable
dado el carácter del mismo. La exploración del lago ha revelado la
existencia de una galería desagüe que se estrecha al cabo de unas
decenas de metros haciendo imposible la continuidad de la
exploración. La fotografía y
el colage son de
Sabino: MÁS IMÁGENES PINCHANDO AQUÍ.
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