Cercana a la borda sita en el Parque Natural de Pagoeta del mismo nombre, la cueva de la borda de Goiburu, asoma en una pequeña escama caliza a la sombra de un alerce. Sus primeros metros descienden muy ligeramente para convertirse en lineales. Al inicio basura, botellas y latas de aceite motor, entre grietas de desfondes y pequeñas oquedades pendientes de revisión. Más adelante se extiende recta, con formaciones, hasta llegar a una sala colmatada. A medio camino, descendemos a un pequeño ramal que nos deja a pocos metros en una cabezera de una vertical de unos 9 metros que da acceso a una sala de cierta dimensión. Sobre la sala se observan ventanas que presumiblemente conectan con la galería superior pero, bien pueden ser también galerías colgadas a explorar. Por la derecha de la sala una galería colgada a unos tres metros se desarrolla timidamente hasta colmatar. Curiosa, Goiburu no desmerece una visita a sus 120 metros de galerias y 20 de desnivel.
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