En Bizkaia, vigilante del desfiladero
de Carranza - también llamado Translaviña-, y acompañada de otras tantas
cavidades (la gran mayoría de interés arqueológico, como La Sotarriza, Venta
Laperra o Cova Negra) se encuentra la llamada cueva de El Polvorín.
El desfiladero se abrió por la acción
incansable de desgaste del agua del río Carranza, tributario del Asón que desciende desde Ramales de
la Victoria (Santander), atravesando el límite de las provincias de Santander y
Bizkaia. Muy cerca del límite existe una pequeña aldea de cuatro caseríos
llamada Venta Laperra. Frente a ellas se encuentra la gran boca de la cavidad
de El Polvorín, que tiene unos 10 metros de longitud y una altura aproximada de
3,70 metros. En el año 1931 J.M. de Barandiarán y Aranzadi realizaron una campaña
de excavación en la que se detallaron diferentes niveles arqueológicos de la
cavidad. Extrayendo evidencias líticas, hasta un total de 829 restos de talla y
útiles. También se encontraron abundantes restos óseos de animales trabajados
con forma de punzón (industria ósea).
En Venta Laperra te cuentan con
emoción en los ojos, como de niños corrían a El Polvorín huyendo de la
artillería de los aviones que los acosaban y disparaban “como si fueran pájaros”
durante la guerra civil. Cuentan como con grandes árboles que cortaban,
trataban de ocultar la gran entrada de la cavidad para que pasara desapercibida
por los aviones. Hoy día se encuentra cerrada con una gran verja que protege la
evidente excavación que aún se mantiene en estudio.
Mapa de distribución de cavidades de la zona (De Diego Gárate y César Gonzalez) |
Entrada de El Polvorín. |
Cubierta que protege la excavación. |
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