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Su entrada. |
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Galería con pequeños macarrones en el techo. |
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Basura que sacamos de la cavidad. |
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Final de la cavidad. |
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Restos de cáscara de huevo. |
En la cuenca
de la regata de Aunibar, semicubierta su entrada por el muro de una conducción
de agua que acumula en un depósito para alimentar los molinos de la zona, la
cavidad de Aunibar o Adunibar (Aunibar-ko kobea) de la localidad de Zizurkil
extiende su desarrollo a lo largo de 150 metros con diez de desnivel acumulado.
Cercana al caserío del mismo nombre, que en su día fue molino, y a otro que
también lo fue como su propio nombre destaca: Loidierrota. Para acceder a su
interior hay que superar el murete de la conducción de agua que se construyó
para los molinos dejando una apertura suficiente para poder pasar tras
superarlo y caer a su interior. De ahí
el recorrido es casi lineal, con algún paso que te obliga a realizar una
trepadita. Escasa en formaciones, destaca por la altura del techo de la galería
(que en algunos casos supera los seis metros) y la bella sección de la misma.
Se observa basura de alguna visita que dejo cinta, cuerda, pilas… un murciélago
solitario y, restos de cascara de huevo a lo largo de toda la cavidad. Restos,
probablemente, de la merienda de algún raposo o similar. Termina en una galería
transversal en cuyo lado derecho es posible, por los restos de maderas que se
observan, se conecte con la superficie a través de una sima taponada.
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